Impredecibles
rastros sin pena,
secaste mis luces hoy
Cómo iba a encontrarme
entre las espinas?
Quién las cuida no es tu sol
Ni siquiera sabes
entregar tus venas,
no pretendas ver mi Dios
Venus abismada.
Deslucidez eterna,
una autista del amor.
Invocaste cielos,
derrochaste inviernos;
piel, veneno y calor.
Reflejo sutil.
Cambia despacio,
sombra corrompida
Acorazada
maleza, nebulosa.
Incierto azulado fin
Un ser penetrado,
un alma vacilante,
tres libros y un clamor.
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