6 de agosto de 2012

intenciosual

Si la lluvia se contenta con mojar los trazos de tu lóbulo,
y los semáforos simulan no escuchar aquellos versos que susurran los adoquines -quién no quiere querer?-
Si por un instante una pestaña reposa en tu mejilla
y el aire acaricia un cuello tenso;
si tus dedos no pretenden sino un enlace entre algodones,
y una corriente eléctrica une los lunares de tu cintura,
un instante durará la impaciencia de tus labios,
que húmedos conocen el fuego.